miércoles, 4 de julio de 2012

PENETRACIÓN Y CONQUISTA


Penetración y conquista de VENEZUELA




El  desembarque del Almirante viene Alfonso de Ojeda reconociendo la costa: la examina desde Paria hasta más allá de la Guajira. Casi simultaneo con este viaje es el de Cristóbal Guerra en el mismo 1499 por nuestro litoral se desplazan otras descubridores y estudiosos.
            
Las islas que bordean a Venezuela juegan un  importante papel en el tiempo  inicial: Cubagua, Margarita,  Trinidad, Curazao: antes de la acometida definitiva pareciera reposar el conquistador en estas posiciones periféricas de Cubagua  se arranca para la toma de Venezuela; la destrucción de sus ostrales y la apertura de la vida en un momento  tan difícil.
En el valle de San Juan, hacia 1525, se ubica el primer conglomerado español de Margarita; hasta becerros y bestias son llevados allí. Tras haber dependido de Cubagua, Margarita pasa a ser Gobernación Independiente.  Un hombre no ordinario, el licenciado Márcelos Villalobos, invirtió parte de su fortuna en el empeño; no llego a visitarla pero tres generaciones suyas la gobernaron impulsando la obra poblacionista, el progreso margariteño contribuye e  a la estabilidad política y al intercambio de los indios araucas y las costa.

            En 1530 el trato con Antonio de Sedeño; tampoco acertará la oposición de los indígenas trinitarios y la obstrucción  que se maquina desde Cubagua lo levara al fracaso.
            En el viaje de 1499, los indios Curazoleños, igual que los de Aruba y Bonaire, serán secuestrados para la esclavitud. Curazao será otra base para abordar la tierra venezolana.
            Mientras aquí se pasan estos años preliminares de la Conquista, el cisma religioso se consume plenamente; Lutero se ha manifestado contra la venta de indulgencias en 1527; tres años después su rompimiento con el Papa es definitivo; pronto el calvinismo se enseñorearía en Ginebra (1541)
La penetración en el territorio de  Venezuela se comete en movimiento de pinzas, por los dos costados del país: oriente y occidente. Bajo el signo de la paz empieza acción, un cambio radical muy pronto ha de sobrevivir: la conquista de Venezuela termina siendo la más sangrienta y desordenada de Américas.
            Desde 1513 hay religiones franciscanas tratando de radicarse en el área de Cumana, pero esta zona no es propicia para la evangelización que se requiere.
            La población aborigen de Santo Domingo, Cuba, Jamaica y Puerto Rico, vienen abusivamente a reclutar indios para las minas y la faena agrícola, el atropello no cesa. La irritación fomentada con tanta persistencia  determina el fin de las fundaciones católicas.  En 1515 se producen los primeros mártires entre los clérigos.
En 1528, la corona da a los welser en prenda el territorio de “Venezuela” parte central de la que será más tarde nuestra república.   En 1519 Carlos V incorpora expresamente este mundo a la Corona de Castilla. Ha establecido derechos a la libre disposición, que las indias son intransferibles.

En 1545 ya los welser están excluíos de explotación  Venezolana, la cual sin embargo siguen pleiteando, a la espera de la decisión judicial que al fin se dicta en contra en 1556. Por tantos los veintiochos años fueron  diecisiete y los diecisiete quedaron reducidos a siete.  En propiedad solo dos gobernadores Alemanes hubo en Venezuela: Ambrosio Alfinger – duro, impiedoso, enérgico-,  y Jorge Espira- benévolo,  soñador, y desdichado-; ambos contaron, en calidad de Teniente, con el dinámico y tornadizo Nicolás Federmann; el primero mandó por tres años y diez meses, el segundo tres años y medio; los dos dejaron sus huesos en el tropical escenario de sus correrías.
            A principios de 1545 llega Carvajal a Coro; trae prohibición expresa de ausentarse de la ciudad; en ella debe aguardar a Frías. El alegrará después, para desobedecer y dirigirse al interior con una verdadera romería.
La rebeldía produjo esta vez un fruto extraordinario: la Villa de Nuestra Señora de la Pura y Limpia Concepción de El Tocuyo, el 7 de diciembre de 1545. El otro paso, sencillamente esencial, en la conquista y definición de Venezuela.
Siete meses después funda a Caracas. Con cierta antecedencia, en el estrecho pero a meno valle del Guaire, un mestizo-Francisco Fajardo-, viviendo del oriente, plantó el primer establecimiento moderno de la comarca: San Francisco.
Antes de que los hombres de Losada erijan en tierras de los caracas la Santiago de León, futura gran metrópoli de la Venezuela integrada, han quedado en pie los embriones de Barquisimeto, Valencia, Borburata, y también Trujillo.
Para fines de la centuria XVI, tras la inactividad pos colombina inmediata y luego de la expectativa cubagüés, quedan sembradas, como en una cadena funcional a base de eslabones habitados para alcanzar el pleno imperio sobre el país: Cumaná, La Asunción, Coro, El Tocuyo, Borburata, Barquisimeto, Valencia, Nirgua, Trujillo, Mérida, San Cristóbal, Caracas, Caraballeda, Maracaibo, Carora, La Grita, Barinas, San Sebastián, La Guaira, Pedraza, Gibraltar, Guanare, La Victoria, fundadas muchas de ellas sobre poblados indígenas.
La conquista marcha, todo el tiempo, contra dura oposición. El apego a su tierra, la preservación  instintiva de sus derechos y su libertad lleva al aborigen al heroísmo de un combate desigual y sin esperanza, como los araucanos de chile, aquí las varias parcialidades indias coinciden en repeler la agresión y contra atacar sin cobardía. Los bosques tupidos les sirven de defensa refugio y escondite.

En el suelo de Venezuela no  había otra posibilidad para el dominio seguro que la derrota o aniquilación, una por una,  de las tribus existentes. Más que guerra era  como una cacería.
Para la tranquilidad de su conciencia formalista, sensibilizada por los principios y las teorías y muy dentro del estilo hispano de la época, los conquistadores denominan “justas” la guerra de exterminio que han desencadenado. En su bagaje, y con sus armas, traen un impulso “Requerimiento”, obra del conocido jurista Palacios Rubios, Promulgada por el Rey Fernando y archivado en la casa de concentración Sevillana, la cual suministra las copias. El requerimiento, cuando no hay traductores, debe leerse a los indios en castellano antes de comenzar el ataque. El texto curioso mezcla de teología, jurisprudencia y candidez, narra solemnemente la historia desde la creación, y  resume la tesis jurídica reaccionaria contra los indios; se les dice que hay un dios en el cielo, y un papa, Vicario suyo en la tierra, quien ha dado América a los reyes de Castilla,  de los cuales son ellos- los indios- vasallos; que venga en su obediencia, y que si no, sepan que se les hará la guerra y resultaran esclavos.
El formulas no siempre se cumplía. A veces la lectura se hacía desde la cubiertas del barco al aproximarse a la costa; otras desde una o más leguas de distancia. O en medio de los bosques o poblados vacios.  La obvia no respuesta de los indios su su pasividad o la huida temerosa antes el inusitado espectáculo del discurso y de la abigarrada comparsa, era el pretexto para desatar la agresión.
La doctrina de la guerra justa con su triple exigencia: de que sea declarada por la autoridad competente, para castigar la culpa del enemigo o para obtener de este la debida reparación.  En la práctica sobraran falsedades  y explicaciones acomodaticias para hacer ostentación de observancia de los requisitos. La teoría pasara a encubrir la campaña de desolación y de crímenes, ya puesta en acción. Se estima hoy que, todo el continente, algo más de dos millones de indios, una sexta parte de un total cercano a trece millones, fueron aniquilados
Pero la hoguera no consume solamente indígenas, Las rivalidades, odios, envidia. Y traiciones entre los propios adelantados y sus secuaces están a la orden del día. La codicia, la ambición y también el idealismo se cruzan en el nacimiento venezolano.




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